martes, 3 de noviembre de 2009

IMPLANTE COCLEAR




En algunos tipos de sordera profunda, hay una destrucción de las células ciliadas. Cuando dicha destrucción se ocasiona y es de tal magnitud que el otoamplífono (dispositivos que sirven para aumentar la intensidad de los sonidos de forma que compensen la deficiencia auditiva de un paciente hipoacúsico) no permite discriminar, se puede indicar un implante coclear. Este dispositivo consta de una unidad externa o procesador, que transforma la palabra y/o sonido en estímulo eléctrico, y una unidad interna con un electrodo que conduce al estímulo hasta el interior de la cóclea activando directamente al nervio auditivo.
El implante coclear tampoco brinda discriminación pero sus umbrales de audición para los tonos de las frecuencias de la palabra están en aproximadamente 60 db. El paciente vuelve a percibir y a reconocer los ruidos ambientales, lo cual le da más confianza y seguridad; asimismo, el mejorar la percepción de los elementos prosódicos del lenguaje le permite incrementar notablemente la lectura labial. También hacen un control más adecuado del timbre e intensidad de su propia voz.
Un niño con implante coclear no tiene audición normal, pero si recibe los estímulos adecuados y el medio en el que se desenvuelve lo favorece, puede potenciar funcionalmente sus habilidades auditivas para la percepción de los sonidos del habla.
En el caso de los niños implantados tempranamente, la información que el implante coclear les ofrece, les da la posibilidad de adquirir el lenguaje, con la terapia adecuada, usando la vía auditiva para la decodificación. Los implantados a edades más avanzadas, la percepción auditiva del habla favorece la comprensión del lenguaje sumando pistas auditivas a la decodificación por lectura labial y permite, junto con el entrenamiento adecuado, utilizar dicha información para mejorar la comunicación.


Sus partes:

El implante coclear de múltiples canales consiste de partes externas que se usan afuera del cuerpo y partes internas que se implantan quirúrgicamente. Las partes externas incluyen: un auricular con micrófono, un transmisor externo y un transformador del habla. Estas partes transforman el sonido a una corriente eléctrica. El micrófono se encaja en un aparato que se parece a un audífono típico.
Fuera del micrófono, hay un transmisor que se usa detrás del oído. Contiene un imán que atrae a través de la piel a un imán en el receptor interno.
El transformador del habla es una caja de más o menos el mismo tamaño de un audífono de cuerpo, requiere una batería recargable. Es usado por niños pequeños en un cinto especial debajo de la ropa, en el pecho o en frente de la cintura. Dicho transformador tiene un hoyo especial para recibir información auditiva directamente, lo cual le permite al niño usar el entrenador auditivo con el implante.
Las partes internas del implante coclear incluyen un receptor interno que se implanta quirúrgicamente en el hueso mastoideo detrás del oído. Durante ésta cirugía se introducen 22 electrodos a la cóclea. Estos electrodos pueden estimular hasta 22 sitios diferentes en la cóclea.

Criterios generales para implantes cocleares:

Para ser candidato al implante coclear, es necesario cumplir con los siguientes requisitos:

Sordera neurosensorial bilateral profunda o total.
Imposibilidad de beneficiarse de una prótesis auditiva convencional.
Convicción del paciente de que la mejoría auditiva que le aporte el implante coclear le beneficia personal y socialmente.



¿Cómo funciona?

El implante coclear es un aparato auditivo que debe proporcionarle al niño la “sensación del sonido”. El micrófono recoge el sonido y lo cambia a una corriente eléctrica. Esta corriente se manda al transformador del habla mediante una cuerda. El transformador modifica la corriente eléctrica y luego extrae y pone en clave electrónicamente la información del habla. La señal se manda al transmisor externo el cual emite una señal radiofónica. La señal radiofónica se recibe por el receptor interno implantado el cual manda señales eléctricas a los electrodos activos. La corriente eléctrica estimula el nervio auditivo el cual manda la señal al cerebro donde se interpreta como sonido.

¿Qué proporciona?

No es una “cura” la cual restaurará la audición normal del niño. El niño tendrá que aprender a interpretar un nuevo tipo de sonido, una señal eléctrica, y darle sentido. El implante no les trae audición instantánea y puede ocurrir que en el comienzo sólo se noten cambios muy pequeños. La habilidad de escuchar y darle sentido a lo que se escucha se desarrolla a través del tiempo.
El habla que se oye mediante el implante se ha comparado con el Pato Donald hablando debajo del agua en medio de muchas burbujas. Con el tiempo el habla comienza a sonar más natural. El implante coclear le ayuda a la mayoría de los que lo usan a detectar y discriminar sonidos ambientales como el ladrido de un perro, el timbre del teléfono, el sonido de una puerta y del viento.
Algunas personas que usan implantes cocleares podrán usar el teléfono pero posiblemente no podrán llevar a cabo una conversación normal. Las personas implantadas, muchas veces pueden oír el ruido de la música pero no discriminan entre las canciones.


Procedimiento de selección y evaluación:

El paciente y la familia pasan por una variedad de exámenes y sesiones de orientación con muchos profesionales diferentes. Estos profesionales incluyen médicos, audiólogos, especialistas en educación, terapeutas del habla y lenguaje y psicólogos.
Durante el proceso de selección y evaluación, la familia tiene contacto con varios profesionales que son miembros del equipo que se encarga de los implantes cocleares. Los padres tienen tanta importancia como los otros miembros del equipo que se encarga de los implantes cocleares durante el proceso de selección y rehabilitación.

Programa de continuación:

El implante coclear requiere visitas complementarias cada seis meses desde el tiempo de la conexión del niño. Durante una visita complementaria, primero se examina al niño; luego se hace cualquier adaptación necesaria al transformador. Después se repiten las evaluaciones audiológicas, del habla y lenguaje. Cada período de continuación requiere una visita de dos o tres días al centro de implantes cocleares.

El desarrollo de las expectativas

Hay muchas diferencias individuales entre los niños que usan implantes. El éxito y la rapidez con la cual el niño comienza a usar el implante depende de muchos factores, como por ejemplo: la edad en que se diagnosticó la pérdida, cuánto tiempo pasó entre el diagnóstico y la cirugía del implante, y cuánta osificación o crecimiento del hueso hay en el oído interno. Los padres, al desarrollar expectativas y al evaluar el funcionamiento de su hijo con el implante también hay que considerar factores como el programa educativo en el cual se encuentra el niño, el nivel de motivación, y el grado de su apoyo o compromiso como padres. Hay que entender esas diferencias individuales para poder desarrollar expectativas apropiadas y poner en perspectiva el ritmo de progreso y el desarrollo de su hijo.


Estudio del implante coclear: cirugía, mantenimiento y efecto a largo plazo.


Los datos sobre los implantes cocleares sugieren que los niños o adultos con sordera postlingual tienen un mejor rendimiento auditivo que los niños o adultos con una sordera prelingual o perilingual.
Como en el caso de cualquier tipo de cirugía, hay riesgos asociados con la cirugía del implante coclear. La exposición a la anestesia general es un riesgo en todo tipo de cirugía. La cirugía del oído puede provocar infecciones, hemorragias, entumecimiento o rigidez alrededor del oído, lesiones o estimulación del nervio facial, alteraciones en el gusto, mareos, zumbidos, dolores de cuello y pérdida de perilinfa. La pérdida de líquido en el oído interno puede llegar a ser causa de meningitis. La presencia de un cuerpo extraño bajo la piel puede producir irritación, inflamación o rotura de la piel alrededor del estimulador/receptor y/o extrusión del dispositivo. La implantación del dispositivo supone la pérdida completa de la audición residual del oído implantado.
Los implantes actuales incluyen un circuito de autoverificación que permite un monitorizado objetivo del dispositivo. Los niños pequeños no suelen ser capaces de identificar un fallo en el aparato, por lo que este circuito es una mejora significativa.


Cambios en los estilos de vida

En el caso de un adulto con implante coclear, un impacto social negativo es el resultante de las frecuentes preocupaciones por el mantenimiento o mal funcionamiento del aparato. Las personas que llevan un implante coclear deben evitar algunas situaciones, como por ejemplo, la RMN (resonancia magnética) ya que el implante contiene un imán. Para los niños pequeños esto es un problema, ya que la RMN se usa cada vez más como herramienta de diagnóstico que evita la cirugía innecesaria.
Una mayor preocupación es el riesgo de dañar el implante con una descarga electrostática, que puede ocurrir cuando un niño baja por un tobogán de plástico o juega sumergido en bolsas de plástico. Una descarga de electricidad estática puede dañar los componentes eléctricos del implante coclear o corromper el programa del procesador del habla. Antes de realizar actividades que creen fuertes descargas electrostáticas, tales como jugar en toboganes de plástico, deberá sacarse el procesador de habla y los auriculares. Los profesionales deberían usar un escudo antiestático en el monitor del ordenador al programar un recipiente de implante coclear. El beneficio de la posible percepción del habla y su uso superan las desventajas que tiene un niño al tener que evitar las situaciones lúdicas.
El dispositivo de implante coclear puede interferir con los monitores de bebés. Otro aparato que puede interferir es el teléfono celular (móvil), con el funcionamiento del equipo externo.
Uno de los temas importantes, es la necesidad de llevar una tarjeta de identificación para probar que uno es un usuario de implante coclear. Algunos usuarios de implantes cocleares pueden experimentar una sensación de sonido distorsionado al pasar a través de dispositivos, tales como detectores de metales. Para evitar esto, se debe apagar el procesador de habla si se está cerca de algún dispositivo que interfiera.


Duración del implante


Actualmente, la garantía típica en las piezas internas es de 5-10 años. El procesador de habla y el auricular tienen una garantía de 3 años (puede ampliarse).
En el caso de los niños no se recomienda la sustitución de un implante coclear por otro, a menos que el paciente no experimente los beneficios adecuados del implante coclear actual. Se deben hacer conocer al paciente y/o tutor las probabilidades de recibir más beneficios del nuevo implante coclear.


Diferentes posturas:

Implante coclear y fantasías infantiles

Lic. Marta Schorn



Todo hecho de la vida está inmerso en fantasías. Fantasías que dan cuenta de ese mundo interno que nos alberga. Fantasías que nos trasmiten nuestro sentir respecto a lo que pensamos o imaginamos
El término fantasía significa ese contenido mental inconsciente, el cual puede o no hacerse consciente, el cual puede ser usado como un medio de defensa contra ansiedades, para inhibir y controlar las pulsiones instintivas o una expresión de deseos de reparación.
Es fundamentalmente en el juego, en ese ámbito natural donde el niño las expresa.
El niño del implante (como lo denomina esta autora), no se le pregunta si le gusta, si quiere o le interesa lo que le van a hacer.
Cuando a un niño de tres o cuatro años se le informa acerca de la cirugía, ellos no entienden qué es eso o para qué sirve. Si bien desde lo manifiesto se les explica, se les muestra y se les dice que es para oír mejor, esto no significa nada para ellos ya que no tiene representación de lo que les falta. Saben que los padres o profesionales dicen que el implante es algo bueno, que los adultos respaldan ese hecho, observan que a ellos se los ve entusiasmados pero nada más.
El respeto hacia un pequeño es saber que todo acto médico debe contemplar el cuidado de la salud mental de los niños
Un éxito o fracaso de una intervención de implante no depende solamente de la maestría del profesional cirujano tratante, sino de cómo puede hacer uso o no ese niño de la oferta que se le brinda.



Implante coclear: nuevas realidades en relación a la subjetividad en el niño y el adulto sordo

María Elisa Puntel

El implante coclear es sin duda el tema más conflictivo en relación a la sordera de los últimos tiempos.
El implante coclear es un dispositivo electrónico que se coloca a través de una cirugía y brinda audición entre 25 y 40 dB a una persona con una hipoacusia severa o profunda. Desear acceder a un mundo sonoro que irrumpe su silencio, aceptar un acompañamiento para ese descubrimiento por parte del rehabilitador, exponiéndose a comentar con él todas las experiencias y vivencias en relación al sonido, son algunos de los aspectos que se vislumbran como más significativos.
Cada persona es una individualidad y como tal se acerca al implante coclear con una subjetividad propia y desarrolla un proceso personal en relación al mundo sonoro que descubre.
El implante coclear es la fantasía que compensa la falta.
El ruido eléctrico que produce el implante convive con la señal que proviene del habla, hasta que el cerebro la anula quedando la palabra como único sonido. En un comienzo, los ruidos ambientales están muy presentes y en el mismo plano de la palabra.
La sonoridad se hace presente y se interrumpe cuando la persona deja de hacerlo volviendo al silencio como única realidad.
Cuando se habla de niños que acceden al implante coclear por deseo de sus padres, el proceso es el mismo que en adulto. Los tiempos son los que los diferencian.
Será de vital importancia el acompañamiento de la familia para quien el implante coclear, lejos de devolverle al “hijo perfecto” los conecte con el hijo real asumiendo el aporte de esta nueva diferencia.

Implante coclear y adolescencia. Cuatro candidatos, cuatro trayectorias

Heloisa Romeiro Nasralla


Es importante administrar el deseo del paciente y la intervención de los padres para que se cumpla el proceso de decisión. Muchas veces los pacientes pasan a ser los padres que no tienen adecuada aceptación de la sordera y de sus frustraciones o tanto cuanto el paciente están en proceso de elaboración de la pérdida. También se hace necesaria la evaluación de las condiciones afectivo-emocionales de los pacientes verificando si poseen consciencia de sí mismos, cómo manejan la angustia, sus posibilidades de enfrentar conflictos externos y desafíos.

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